Tomar decisiones en medio de la incertidumbre se ha convertido en un reto total, sobre todo porque sabemos que las variables alrededor cambian constantemente y nos obligan a atender sólo lo inmediato y lo urgente. Sin embargo, hay un problema con mantener las decisiones enfocadas sólo en el corto plazo, y es que puede que nos ayuden a resolver lo inmediato, pero es muy probable que no nos permitan ir más allá de eso.
¿Qué piensas sobre el cambio? El poder de tus creencias
Todos tenemos creencias que se han formulado desde nuestro núcleo familiar, nuestro entorno y nuestra experiencia; muchas de las cuales llevamos de manera inconsciente. Algunas de ellas nos ayudan a afrontar nuestro día a día, mientras otras nos limitan o nos hacen evitar ciertas oportunidades.
El cambio también es pérdida
Cada vez que decidimos iniciar un cambio o el entorno nos obliga a hacer un cambio, siempre nos dicen que debemos centrarnos en lo nuevo y no en el pasado, pero esto no siempre nos ayuda a afrontar el cambio de una mejor manera ni a vencer nuestra resistencia al mismo. La razón es muy simple: todos los cambios implican una pérdida.
Lo natural del miedo
Hacer cosas nuevas da miedo. Intentar algo nuevo, emprender un reto o cambiar un hábito crea incertidumbre pues modifica la forma en que nuestra mente o nuestro cuerpo está acostumbrado a trabajar. Sin embargo, pensar el cambio como algo intrínsecamente natural nos hace también entender el miedo como un elemento que es parte del crecimiento y del aprendizaje.