Hace un par de semanas tenía una conversación, con un grupo de amigos, sobre lo inadecuado que es el momento en qué tenemos que elegir una carrera universitaria. Para la mayoría, esta decisión representa un punto crucial en su camino, que determinará en muchos sentidos su futuro. Siempre hay un enorme temor a equivocarse, una gran presión por el tema, y hay más de uno que toma la decisión totalmente a oscuras.
En lo personal, creo que la elección de carrera no tiene porqué ser lapidaría. Si a mitad de la universidad te das cuenta de que no es la adecuada, no es el fin del mundo. Sin embargo, sí creo que en este, y en muchas otros momentos, no se cuenta con las herramientas adecuadas para que el proceso nos lleve a la mejor decisión posible.
Cuando tomas una decisión importante, cómo escoger una carrera universitaria, quieres tomar una buena decisión. Para ello es importante que la toma de decisiones esté enfocada a la calidad. Mientras mayor calidad tenga el proceso de toma de decisiones, mayores serán las probabilidades de tener el resultado deseado.
A continuación, te comparto un proceso que puedes seguir para aumentar la calidad de tus decisiones:
1.-Marco útil
El primer paso en la toma de decisiones es establecer con claridad qué quiero resolver, es decir, determinar cuál es el propósito de la decisión que estás tomando, su alcance y, sobre todo, la perspectiva. No es lo mismo decidir sobre la decoración de las paredes de la cocina que sobre la remodelación de una casa.
2.-Alternativas creativas
Una vez que determinas sobre qué estás decidiendo, haz una lluvia de ideas sobre las alternativas. En este paso es importante considerar opciones creativas, evitando acudir únicamente a lo obvio. Las opciones deben ser significativamente diferentes entre ellas, además de irresistibles, pero también deben ser factibles y manejables. Cuando has generado un buen número de opciones, selecciona las mejores alternativas hasta tener un número razonable.
3.-Información relevante y confiable
El siguiente paso es recabar información sobre cada una de las alternativas seleccionadas. Esta información debe ser precisa e imparcial para evitar caer en un sesgo cognitivo. La información te tiene que ayudar a ver las posibilidades y probabilidades que tiene cada una de las opciones. Tener suficientes datos nos ayuda también a gestionar y administrar el miedo que genera cualquier toma de decisiones.
4.- Valores claros y concesiones
Este paso está íntimamente ligado con el marco útil, pues representa poner en la mesa cuales son las cosas que más te importan y cuáles son tus límites. En este paso determinas qué estás dispuesto o dispuesta a hacer para resolver lo que quieres. Por ejemplo, si estás decidiendo sobre opciones para estudiar un posgrado, y una de las alternativas es estudiar en el extranjero, puedes valorar si esta opción es para ti, considerando tu disposición de vivir lejos de la familia. Si tu respuesta es “no”, entonces estudiar en el extranjero no es una opción para ti, por lo que la puedes descartar. En este paso puedes depurar las alternativas con base en tus valores y límites. Es posible que tras este proceso necesites regresar a generar nuevas alternativas o buscar más información.
5.-Razonamiento
En este paso valoras toda la información generada en el proceso para poder seleccionar la opción más adecuada y responder a aquello que planteaste resolver en el marco útil. Debes procurar que este proceso sea efectivo y eficiente, pues ya no es tiempo de generar nuevas alternativas, ni buscar nueva información, sino de evaluar lo que tienes para tomar finalmente una decisión. En este punto requieres analizar a profundidad el resultado de cada uno de los pasos que has ido realizando.
6.- Compromiso a la acción
Lo importante de una decisión es pasar a la acción, por lo que una vez que seleccionas la opción que mejor responde a lo que quieres resolver, debes pasar del pensar al hacer, generando un plan de acción que te lleve a accionar aquello que has considerado como la mejor alternativa.
Este proceso no es único y puede repetirse cuantas veces sea necesario, dependiendo del marco útil que desees resolver. Tomar decisiones de calidad puede ser un proceso complejo. Por ello, tomarse el tiempo para seguir estos pasos puede hacer una gran diferencia en los resultados que obtenemos.
Tú, ¿cómo tomas decisiones?
Gracias por leerme, hasta la próxima semana