Nuestro 2020 se ha caracterizado por el caos, la incertidumbre y el cambio de planes que está a la orden del día, después de todo seguimos en medio de una pandemia global. Pero por más oscuro y confuso que parezca el panorama siempre hay algo que podemos hacer para fortalecernos y salir de esta crisis con aprendizajes y nuevos proyectos. Parece muy difícil compaginar la idea de que podemos crear y generar cosas nuevas con todo lo que está sucediendo alrededor. Sabemos que en estos momentos nuestra prioridad es nuestra salud física y mental, sin embargo, si tenemos la fortuna de que estos aspectos se encuentren estables, hay mucho que podemos hacer para seguir haciendo crecer nuestros sueños.
Para lidiar con la incertidumbre una de las primeras recomendaciones es siempre tener en cuenta cuáles son los recursos con los que cuentas, entender cuáles son tus herramientas y fortalezas te ayuda a visualizar mejor tus opciones y valorar lo que puedes o no hacer en este momento. Evidentemente esto implica tomarte el tiempo de observarte y conocerte a profundidad, pero sobre todo ser muy honesto contigo mismo. Saber a detalle cuáles son tus recursos resulta muy útil para tener un panorama mucho más claro de lo que puedes hacer y sobre todo de tu punto de partida para la construcción de cualquier nuevo proyecto que quieras emprender. Una herramienta muy simple, y bastante conocida, para hacer un análisis muy rápido de estos elementos es: El análisis FODA.
Esta herramienta fue originalmente pensada para temas de administración y empresariales, sin embargo, puede ser muy útil cuando la aplicamos a nosotros mismos porque te brinda un buen panorama de tu estado actual. Es como una pequeña fotografía en la que en una sola vista puedes vislumbrar aquellos elementos internos y externos que te favorecen y aquellos que pueden convertirse en obstáculos. Este análisis considera cuatro aspectos que le dan su nombre: Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. En este sentido la matriz se divide en cuatro cuadrantes, dos de ellos corresponden a los aspectos internos (fortalezas y debilidades), es decir aquello que está en tu control y depende de ti, y los otros dos corresponden a los aspectos externos (oportunidades y amenazas), o aquellos que están fuera de tu control y dependen de tu contexto o entorno.

- Fortalezas: Son aquellas características, talentos, herramientas o habilidades individuales que te ayudan a afrontar un problema o te permiten llegar a un objetivo. Las fortalezas se componen por aquellas cosas que pueden impulsar tu crecimiento y responden a aquello para lo que eres bueno o que te hace diferente a otros.
- Oportunidades: Son los elementos externos, cambios o tendencias en tu entorno que pueden beneficiar tus objetivos, planes o proyectos. Son aquellas condiciones que puedes aprovechar para llegar a tu meta o darte alguna ventaja.
- Debilidades: Son todas tus áreas de oportunidad, algo en lo que sabes que puedes mejorar. Son tus puntos negativos, como los malos hábitos. Pueden representar obstáculos para lo que deseas lograr o ponerte en alguna desventaja.
- Amenazas: En este cuadrante se consideran aquellas cosas externas que puedan llegar a afectar tus planes, algo que podría distraerte o alejarte de tu meta. Son esas cosas que pueden perjudicarte o al menos entorpecer tus planes.

Para realizar este análisis no necesitas más que una hoja de papel, un lápiz y darte el tiempo necesario para reflexionar sobre ti. Lo interesante de esta herramienta es que una vez que tengas cada uno de los cuadrantes lleno, puedes cruzar la información, y por ejemplo, vislumbrar como tus fortalezas pueden solventar las amenazas, o que parte de tus debilidades no te permite aprovechar ciertas oportunidades. Lo importante es tener un panorama completo que te ayude a tomar decisiones, con este análisis puedes observar en qué aspectos puedes necesitar ayuda, con que características de ti mismo puedes trabajar y cuáles son tus ventajas para realizar lo que te propones.
Un análisis como este es una invitación para saber de manera simple en dónde estás y con qué cuentas para lograr eso que tienes mente. Así mismo, te ayuda a tener claridad sobre las cosas que dependen de ti y por consiguiente puedes cambiar y aquellas cosas que escapan de tu control. La mejor manera de no dejar tus proyectos de este año en el cajón es comenzar por dar pasos pequeños hacia ellos y para lograrlo necesitas conocer cuáles son tus recursos.
Muchas gracias por leerme, hasta la próxima semana