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3 estrategias para atreverse a decir que no

Para muchos uno de los retos mas grandes que hemos tenido en las últimas semanas ha sido poder equilibrar nuestra vida laboral y nuestra vida personal en el mismo espacio. Muchos se han enfrentado a los mensajes de trabajo a deshoras y las exigencias de respuestas 24/7. La semana pasada te compartía en el Facebook live algunos mitos del equilibrio entre estas dos esferas de tu vida. Dentro de la conversación hablamos de la importancia de aprender a poner límites y a decir que no, por ello esta semana quiero compartir un poco más sobre el tema.

Aprender a poner límites es una de las cosas que más me ha costado trabajo en mi camino personal. No siempre es fácil decir que no, sobre todo porque muchas veces se nos enseña (sobre todo a las mujeres) que una negativa no es ser cordial y que si eres amable no puedes decir que no. Sin embargo, no hay nada más alejado de la verdad y un “no” a tiempo puede evitarte un muy mal rato. Decir que no a algo que sobrepasa un límite personal o laboral, es la mejor forma de respetarte y de respetar a otros. A continuación, te comparto 3 estrategias para aprender a decir que no.

Conócete a ti mismo

El primer paso para establecer límites es conocer cuáles son tus límites, para eso es necesario conocerte bien a ti mismo, pues es lo que te permite saber qué cosas son importantes para ti y que por consiguiente entran dentro de la esfera de aquello que no es negociable, y en qué cosas puedes ser más flexible.

Esto aplica en todos los aspectos de nuestra vida, desde nuestras relaciones personales, nuestra alimentación, nuestras rutinas, nuestras relaciones laborales, nuestra vida sexual y todo aquello que nos implique de alguna manera. Una vez que tenemos nuestros límites definidos es mucho más sencillo comunicarlos y ser asertivos en el momento que tenemos la necesidad de decir que “no” cuando por alguna razón se supera alguno de esos límites. Si no sabes que cosas no son tolerables para ti o que cosas sí quieres, será muy difícil que identifiques las situaciones en las que debes decir que no.

Respétate a ti mismo como respetas a los demás

Una de las razones por las que nos cuesta mucho trabajo decir que no, es porque solemos sentirnos culpables y nos preocupa mucho lo que otros puedan pensar. No queremos parecer poco cooperativos en el trabajo, o simplemente no queremos quedar mal con los otros. Sin embargo, decir que sí, cuando realmente no quieres daña la percepción que tienes de ti mismo, lastima tu amor propio y en definitiva te hace sentir que no eres capaz de defenderte.

Es importante recordar que somos responsables de como nos sentimos y el manejo que hacemos de nuestras emociones, pero no somos responsables ni del bienestar, ni del malestar de otros, esto significa que sí la otra persona decide ofenderse o enojarse, no somos responsables de ello. Esto no significa que el no tenga que ser violento o grosero, simplemente que la reacción de la otra persona no nos corresponde. Respetar tus límites es una forma de autocuidado, es quererte lo suficiente para reafirmarte a ti mismo, así como respetas a los demás es necesario respetarte a ti mismo. Si te cuesta trabajo decir que no, piensa tu respuesta con amabilidad, da argumentos si es necesario y siempre puedes ofrecer alternativas, al final de cuentas dialogar es la mejor de resolver el problema.

Sé fiel a ti mismo

Aprender a decir no es una de las mejores estrategias de administración del tiempo, muchas veces perdemos de vista que cuando dedicamos nuestro a tiempo a cosas que no queremos hacer, estamos perdiendo la oportunidad de hacer cosas que si queremos. Para mi la administración del tiempo se trata de ser intencional con el uso que hacemos de nuestro tiempo, eso implica invertirlo en aquello que nos lleva a construir lo que queremos o nos enriquece y nutre como personas. Por lo tanto, cuando cedes por no decir que no o no quedar mal, lo único que haces es alejarte de usar tu tiempo de manera productiva, e invertirlo en algo que realmente contribuya a tu felicidad, aunque sólo sea sentarte a ver películas en tu sillón.

Ser fiel a ti mismo implica que reconozcas con total claridad cuando algo está alineado con lo que quieres y cuando no, de forma que puedas elegirte antes que preocuparte por quedar mal. Tu tiempo es muy valioso, inviértelo en aquello que te hace sentir bien contigo y se alinea con tus propósitos y tus valores. La próxima vez que dudes en decir que no a algo que no quieres hacer, considera que ese tiempo y esa energía serán desperdiciados en lugar de ser aprovechados en tu bienestar.

Dar una negativa no tiene por qué ser sinónimo de una descortesía o implicar una mala educación. Decir “no” de manera asertiva, sin violentar y con claridad debe ser una práctica que no debería asustarnos, pues es a partir de respetar los límites propios y de otros que las relaciones se enriquecen, reconociendo al otro en su individualidad y su valor personal. Aprender a poner límites, a comunicarlos y respetarlos, nos ayuda a cuidar los aspectos importantes para nosotras mismos. De esta forma, ser leales a nosotras mismos nos permite ser auténticos, manteniendo nuestro rol principal sobre nuestra vida, y lo que deseamos, lo que nos permite compartir lo mejor de nosotros.

¿Tienes dificultades para decir que no?

Gracias por leerme, hasta la próxima semana.