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Cuando tu sueño no es posible

En lo personal soy muy fan de las películas animadas, me encantan las historias y siempre he creído que hay mucho que aprender de ellas. Ha inicio de año leí un libro sobre el storytelling de las películas del estudio de animación Pixar, que me dejó varias ideas interesantes. En uno de los capítulos el autor hace el análisis sobre la película de Monsters University (2013) desde la perspectiva del argumento y la forma en que está contada, sin embargo, destaca una parte de la historia que me pareció que valía la pena compartir.

(SPOILER ALERT: si no has visto la película y te interesa verla, deja de leer AHORA).

Además de ser una película sumamente divertida, que me sacó mas de una carcajada, la película plantea un escenario del que poco hablamos: ¿Qué pasa cuando eso que sueñas no es posible?.

La película nos cuenta el camino de Mike Wazowski para cumplir su sueño de convertirse en asustador y como nace su equipo con Sullivan. Mike ingresa a la universidad convencido de que su esfuerzo es suficiente para lograr lo que se proponga, y lo vemos estudiar con ahínco para mejorar sus habilidades. Sin embargo, aunque vemos como efectivamente mejora, en el proceso se hace evidente que su talento no es el de ser un asustador. Hay una escena crucial, casi al final de la película, en la que él cruza una puerta al mundo real para ponerse a prueba y confirma con tristeza que no es capaz de asustar, aun cuando sea un gran estudiante, no tiene el talento para ser un asustador. Lo interesante de la película, es que durante todo el argumento vemos como el verdadero talento de Mike se desarrolla sin que él sea consciente de ello, pues durante la historia él logra entrenar y transformar a un grupo olvidado de estudiantes en verdaderos asustadores.  Al final de la película, tanto Sullivan como Mike son expulsados de la universidad y por un momento parece que todo fue en vano, sin embargo, los vemos dispuestos a afrontar su fracaso y a encontrar otras formas de llegar a su meta. Así es como ingresan a Monster Inc. no como los asustadores que esperaban, sino desde abajo, como mensajeros. Y sabemos que al final logran cumplir su meta.

La película nos muestra toda la ilusión que tiene Mike de convertirse en un asustador, y es obvio que no es sólo un sueño, sino que está muy dispuesto a esforzarse para que suceda. Sin embargo, pese a todo su esfuerzo, no es capaz de hacerlo. Aunque no nos guste este es un escenario que siempre es posible, fracasar en lo que nos proponemos es también una posibilidad. Cuando iniciamos un proyecto siempre es bueno esperar lo mejor y tener una actitud positiva ante las cosas que nos permita mantenernos motivados y con ganas de esforzarnos, sin embargo, también es importante aprender a reconocer cuando no existen las condiciones para que nuestro sueño suceda, por más que nos empeñemos en ello.

Mike se enfrenta a la cruda realidad que le dice que su sueño no es posible, que no puede suceder como él lo ha imaginado, es un punto de no retorno en el que todo por lo que él había trabajado se desvanece y sólo queda la pregunta ¿Y ahora qué?. A veces la realidad a la que nos enfrentamos nos muestra que las cosas no pueden suceder como lo quisiéramos, tendemos a esperar que siempre y cuando nos esforcemos todo va a salir bien, pero no siempre es así. Admitir que algo no puede ser y soltar esa expectativa puede resultar sumamente doloroso, e implica incluso un proceso de duelo en el que debemos dejar ir esas ilusiones, pero es a partir de entenderlo que podremos ver otras posibilidades. Mike se da cuenta que él no puede ser un asustador, pero que eso no significa que no pueda trabajar en Monster Inc. eventualmente esa apertura y flexibilidad en su enfoque le permite trabajar junto a los asustadores haciendo algo para lo que sí es bueno.

Pensar que las cosas no sucedan como queremos puede ser lo último en que queremos pensar, pero es un escenario que debemos considerar. Iniciar proyectos, perseguir un sueño o comenzar un camino, implica fracasos, a veces pueden ser pequeños y otras veces pueden ser rotundos. Esos fracasos no son malos en sí mismos, pueden mostrarnos cosas sobre nosotros que estamos ignorando, como que hay algo para lo que realmente no somos buenos, y a su vez nos permiten reconocer cuales son nuestros verdaderos talentos. Si algo realmente nos apasiona podemos aprender a ver esas situaciones con apertura y encontraremos nuevas oportunidades, personas con quien hacer equipo y sobre todo nuevas formas de llegar a esa meta.

Gracias por leerme, hasta la próxima semana.