“No es que tengamos poco tiempo, es que desperdiciamos mucho” dice el filósofo Séneca, en su ensayo Sobre la brevedad de la vida. La percepción de que siempre hay poco tiempo al parecer ha acompañado a la humanidad desde hace varios siglos. Siempre podemos encontrarnos con alguien que asegura que no tiene tiempo para nada, o que de alguna manera siempre siente que el tiempo nunca le alcanza, pero también podemos encontrarnos con aquellos que son capaces de hacer un uso eficiente de su tiempo que les permite entrenar para un maratón, hacer una segunda carrera y además ser emprendedores. El tiempo es un recurso por lo más democrático y todos sin importar dónde vivamos o cuales sean nuestras condiciones, contamos con las mismas 24 horas al día y los mismos 7 días a la semana. La gran diferencia entre aquellos que encuentran la forma de hacer rendir su tiempo y aquellos a quienes no les alcanza está en la manera en que lo utilizan y sobre todo la manera en que lo gestionan.
La gestión del tiempo es la forma en que administramos las horas de nuestro día y cómo asignamos las tareas y actividades que llenan nuestra vida cotidiana. Normalmente tenemos actividades que no podemos huir y que por más gestión que hagamos no cambiarán como el tiempo de espera en el banco o los tiempos de traslados, pero también existen actividades a las que nosotros decidimos dedicar nuestro tiempo. En este sentido el uso del tiempo, y en consecuencia de nuestra vida, es una decisión, está en nosotros elegir a que le asignamos la importancia suficiente para dedicarle nuestro tiempo.
Para mí la gestión del tiempo se trata principalmente de prioridades, si partimos de que tenemos un tiempo finito, y que sólo contamos con 24 horas al día, tendríamos que asegurarnos que las actividades a las que se lo dedicamos sean valiosas y generen propósito para nosotros. Para ello debemos tener claras cuales son los temas prioritarios de los que queremos ocuparnos y que espacio ocupan en nuestro día a día. Por ejemplo, si para mí mi familia es una prioridad significa que procuraré despejar los espacios para convivir con ella, si no está sucediendo así implica que mi día a día no está correspondiendo con mis prioridades y tal vez necesite hacer un ajuste de mi gestión del tiempo. Tener claras los temas o actividades que son importantes para ti, te permitirá generar las condiciones para hacer que esos temas sean los que llenen tu día a día.
Es importante tomar en cuenta que la gestión del tiempo no se trata de medir los minutos y los segundos y volvernos esclavos del reloj, se trata de usar el tiempo con propósito y hacer que éste aporte bienestar a nuestra vida y no al revés. Por ello la gestión del tiempo es totalmente personal, se trata de buscar actividades que adquieran sentido para nosotros y que hagan que nuestro día a día sea productivo y valioso. Esto no significa que no puedas tener horas dedicadas sólo a no hacer nada, pero ese el tiempo puede ser el que dediques a tu autocuidado, tu ocio o tu descanso, y de esta forma cumplen un propósito importante para ti.
Una buena gestión del tiempo nos permite lograr objetivos, cuidar de aquello que nos importa y dedicarnos a las actividades que realmente son relevantes para nosotros. Cuando usamos nuestras horas con propósito nos sentimos más satisfechos, porque el tiempo se convierte en una inversión en aquello que nos importa y no en un gasto en actividades irrelevantes.
Gracias por leerme, hasta la próxima semana