Si alguna vez has tenido un gato sabrás cuan obsesivos pueden ser cuando están concentrados en algo. Kuro, mi gato negro de 3 años, es fan del yogurt. Cada vez que escucha que el refri se abre y me ve sacar el bote se vuelve loco. Camina alrededor de mis piernas maullando desesperado hasta que logra obtener una cucharada en su plato. Entonces, el mundo desaparece, y de repente nada de lo que sucede en su entorno importa. El grado de concentración que alcanza al disfrutar de su yogurt es totalmente envidiable, su atención está totalmente centrada en lo que está comiendo y todos sus sentidos están enfocados en ello.
Cada vez que lo observo me resulta fascinante su capacidad de centrar todo su ser en una sola tarea. Kuro parece ser un experto en ello, pues esto sucede no sólo cuando come algo que le gusta, también cuando encuentra una tapita con que jugar o cuando se encuentra en modo contemplativo, de alguna manera logra estar cien por ciento presente y todo lo demás se esfuma a su alrededor. A mi, por el contrario, me cuesta mucho trabajo hacer sólo una cosa a la vez. Mi tendencia al multitasking es muy grande, aun ahora mientras escribo este artículo tengo más de veinte pestañas abiertas en el navegador, el celular a un lado y la radio prendida. Durante muchos años estuve muy orgullosa de mi capacidad de poder hacer más de una cosa a la vez y me creía, falsamente, capaz de atender más de una cosa al mismo tiempo.
Sin embargo, cuando comencé a hacer meditación descubrí cuan equivocada estaba y cuan mal acostumbrada estaba. Mi mente de mono, cómo la llama Elizabeth Gilbert, brincaba de un tema a otro sin control y todo el tiempo tenía mil cosas en mi cabeza, aun cuando estuviera haciendo una tarea en específico. Fue entonces que me tope con el concepto de Mindfulness. Ésta práctica parte del principio de que, contrario a la creencia común, nuestro cerebro no puede hacer dos cosas a la vez, nuestra mente se ocupa únicamente de una tarea. La idea de que podemos hacer multitasking viene de la capacidad, que también tiene nuestro cerebro, de cambiar su punto de atención con rapidez. Es decir que no estamos haciendo muchas cosas a la vez, sino que nuestro cerebro está pasando de una cosa a otra con gran rapidez.
Aprender esto fue un gran descubrimiento para mí, pues me hizo cuestionar si realmente era necesario mi multitasking. Yo aseguraba que hacer muchas cosas a la vez me hacía más eficiente, me daba la impresión de que estaba muy ocupada y de que hacía muchas tareas en poco tiempo. Sin embargo, cuando comencé a practicar con el mindfulness me di cuenta de que lo cierto es que no hacía las cosas más rápido y tampoco las hacía de la mejor manera posible, pues al estar haciendo varias cosas a la vez tendía a dar poca atención a los detalles. Descubrí también que cuando dedicas toda tu atención a una tarea a la vez eres capaz de terminar mejor y más rápido, pero sobre todo tienes mayor certeza de que tu desempeño es el mejor posible y eso te da una sensación de logro muy diferente.
El mindfulness puede ser aplicado no sólo a tareas profesionales sino a las tareas más simples, el principio es que estés presente al cien por ciento en lo que estás haciendo, cuando comes, cuando te bañas o cuando estás haciendo cualquier otra cosa. Esto resulta particularmente valioso en el tiempo que se dedica a estar con otras personas, pues tendemos a tener muchos puntos de atención, cómo el celular, además de la persona que tenemos enfrente. Estar totalmente presentes hace una gran diferencia en la calidad de la comunicación que tenemos y en la manera en que interpretamos la información no verbal que recibimos de otros.
Practicar mindfulness todo el tiempo es algo en lo que aun trabajo. A diferencia de Kuro, en lo personal lo que más me cuesta es estar totalmente atenta en el momento en que estoy comiendo. Por alguna razón tiendo a buscar siempre algo más que hacer, restándole a importancia a mi hora de comida y por consiguiente a mi nutrición. Sin embargo, he notado que tanto mi atención, como mi concentración mejora considerablemente cuando me dedico a una cosa a la vez y mantengo mi mente sólo enfocada en eso.
Te invito a pasar un día sin hacer multitasking, descubre que puede hacer por ti y cómo te sientes, tal vez te sorprendas de ti mismo.
Gracias por leerme, hasta la próxima semana.